sábado. 20.04.2024

El papel de las emociones a la hora de invertir

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Nuestras decisiones financieras tienen un 80% de componente psicológico frente al 20% puramente matemático.

 

Pese a que se diga que el hombre es un ser "racional", la verdad es que muchísimas veces tomamos decisiones basadas en impulsos que poco o nada tienen que ver con la racionalidad. Dejarnos llevar por la pasión, por las emociones es algo innato en nosotros. Forma parte de nuestros instintos más básicos. Si lo analizamos, nuestro lado menos racional, tiene más peso del que querríamos.

 

Algunos dirán, ¿por qué ir "contra natura"?. Y yo digo, está bien "dejarse llevar", pero en determinados aspectos, como a la hora de invertir, aprender a controlar nuestras emociones es básico para obtener el resultado deseado.

 

En este post, vuestra espía ha decidido ofreceros algunos consejos prácticos para que vuestras emociones "no os empañen la vista" a la hora de invertir.

 

1.- No inviertas en aquello que no entiendas.

 

Esta regla que a simple vista puede parecer tan obvia, se rompe con mucha frecuencia. ¿Cuántas veces nos hemos dejado llevar por la "labia" de nuestro banquero de confianza?. Demasiadas, o al menos eso es lo que he podido comprobar en mi vida como gestora de patrimonios.

 

A la hora de comprar un producto financiero (fondos de inversión, acciones, derivados, ETF's, etc), es muy importante que sepáis dónde estará invertido vuestro dinero.

 

No compréis ningún producto que no conozcáis. El desconocimiento os puede conducir a graves errores, algunos de los cuales tienen difícil solución. He visto como clientes han perdido gran parte de su dinero (si no todo) por invertir en algo que no entendían. Es preferible invertir en productos más sencillos, aunque la rentabilidad sea menor.

 

2.- Cuidado con las inversiones a corto plazo.

 

Hay aficionados a las que les "apasiona" invertir en Bolsa y luego van por ahí contando las grandes rentabilidades que han obtenido comprando y vendiendo acciones. Uno no nace siendo "trader", para ello hay que estudiar porque son muchos los factores que influyen en saber comprar o vender bien un producto financiero.

 

Operar "intradia" implica pasarse horas delante de unas cuantas pantallas en las que aparecen por ejemplo el valor de las acciones, que va cambiando cada segundo. ¿Cómo acertar cuándo es el momento justo para comprar o vender una acción?. Es complicado hasta para los profesionales.

 

Si invertís en productos a mayor plazo, como los fondos de inversión, tendréis más oportunidades de alcanzar la rentabilidad que os hayáis fijado. "Ser paciente, tiende a dar sus frutos".

 

3.- Las recomendaciones son gratis, pero las pérdidas serán tuyas.

 

Está claro que puedes escuchar opiniones de otras personas, pero debes tomártelo como lo que son, opiniones.

 

El que te recomienden un determinado producto financiero, no implica que sea el mejor y tampoco te garantiza que no vayas a tener pérdidas. Lo mejor es que analices y estudies las inversiones que vayas a realizar, desde tu propia perspectiva.

 

4.- Diversifica el riesgo.

 

Los asesores financieros no nos cansamos de repetir hasta la saciedad, que la mejor manera de minimizar el riesgo de las inversiones es la diversificación.

 

Hay muchas maneras de diversificar en base a las necesidades de cada uno. Por ejemplo, podemos diversificar entre productos a corto y mayor plazo, según vayamos a necesitar el dinero.

 

También es recomendable diversificar por productos. ¿Os suena la manida frase de "no poner todos los huevos en la misma cesta"?. Pues eso. Una misma persona puede invertir en fondos, acciones, depósitos o bonos.

 

Otra manera de diversificar es invertir en renta fija, variable o mixta. Se puede diversificar por países, por sectores, etc. Una cartera bien diversificada, reduce el riesgo de pérdida de dinero.

 

5.- Intenta mantener la calma.

 

"Entrar en pánico", dejarse contagiar por los mercados (ahora estamos con el tema del "Brexit"), son situaciones poco deseables.

 

La globalización ha traído sus cosas buenas y sus cosas menos buenas. Una de éstas es que cuando sucede algo en el mundo (atentados, quiebras de bancos, catástrofes, etc), las inversiones se ven inmediatamente afectadas.

 

Lo peor que puedes hacer es comprar cuando el mercado va bien y vender cuando va mal (es lo que hace la mayoría). Algún que otro cliente con fondos, los ha vendido porque "perdían mucho", sin dar ninguna opción a una posible recuperación.

 

Hay que evitar esas situaciones. Si ese mismo cliente hubiera tenido paciencia, habría recuperado su inversión inicial y probablemente obtenido ganancias. No obstante debemos tener presente que si invertimos, las pérdidas son inevitables. Cuando se dé el caso, recoge esas pérdidas y sigue adelante hasta conseguir alcanzar tu meta.

 

6.- No seas una oveja más del rebaño.

 

Ojo con lo que hace la mayoría porque desgraciadamente, no suele ser lo mejor.

 

Como he dicho antes, la mayoría de inversores compran cuando el mercado va bien, y venden cuando va mal. Pues tú, deberías hacer justo lo contrario: comprar cuando los demás venden (eso significa que compras cuando baja el mercado) y vender cuando los demás compran (venderás cuando el mercado esté subiendo).

 

Ojalá estos seis consejos tan básicos, os ayuden a la hora de tomar una decisión. No obstante, cualquier duda que tengáis ya sabéis que podéis consultárnosla sin compromiso a través de nuestra página web www.garciaslopezasesores.es. La semana que viene estaré de nuevo con vosotros. Hasta entonces, por favor no olvidéis ser felices.

El papel de las emociones a la hora de invertir
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