jueves. 28.03.2024

 

Lo importante no es ganar, es participar. Esta es el espíritu con el que se han desarrollado los Juegos Olímpicos de la era moderna. Esto los ha hecho distintos. Pero detrás de cada competición se esconden años de trabajo y de sacrificio que van tras la búsqueda de los preciados metales en forma de medallas olímpicas.

 

Tras estas medallas se esconde también una recompensa económica que varia y de forma ostensible en función de cada país puesto que es el comité olímpico respectivo el que establece las primas por conseguir estos metales.

 

Contrariamente a lo que podría pensarse, conseguir una medalla olímpica no implica una gratificación espectacular, ni comparable con los sueldos y premios que se manejan en buena parte de los deportes como el futbol, el baloncesto o el tenis.

 

Para un deportista español cada oro conseguidor le reportará 94.000 euros mientras que por las platas se abonarán 48.000 y por los bronces 30.000.

 

El Comité Olímpico Español y el Consejo Superior de Deportes han fijado estas primas que son exactamente las mismas desde Pekín 2008. En el caso de los deportes en pareja las cantidases se rebajan hasta los 75.000, 37.000 y 25.000 euros respectivamente. Finalmente, en el caso de los deportes de equipo el dinero fijado es de  50.000, 29.000 y 18.000.

 

Esas recompensas, además, deben sumarse a las ya conocidas becas ADO (que cada medallista se asegura durante al menos dos años por el hecho de serlo) para formar unas retribuciones parecidas a las de países vecinos.

 

Este dinero no tiene nada que ver con el que ofrecen otros países. Así por ejemplo Azerbaiyán ofrece 640.000 euros o Singagur hasta 800.000 por un oro. Italia  también supera a España (150.000 euros).

 

En cambio en otros paises los metales se cotizan más a la baja como en Francia (50.000 euros), China (41.000 euros), México (30.000 euros), Argentina (25.000 euros) o Estados Unidos (20.000 euros) por no hablar de Corea del Sur (240 euros).

 

La gloria olímpica permitirá a los medallistas españoles tener un colchón económico pero tampoco un retiro dorado.

Un oro olímpico por 94.000 euros