El consumo de cemento cayó un 2,8% en los ocho primeros meses del año hasta alcanzar 7.418.538 toneladas, lo que supone 217.338 menos que en el mismo período de 2015, según datos de la patronal del sector Oficemen.
De hecho, durante los meses centrales de verano (julio y agosto) el consumo de cemento aceleró su ajuste hasta el 4,3% con 1.892.819 toneladas, 84.503 toneladas menos que un año antes.
Según ha explicado el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza, los datos del verano confirman la nueva entrada en recesión del sector, muy afectado por la caída de las inversiones en obra pública, que ya se apuntaba en el descenso del consumo vivido desde el inicio de 2016.
El consumo de cemento arrancó el año con un retroceso del 1,1% después de haber crecido un 5,3% en 2015. En febrero subió un 8,4%, disminuyó en marzo un 7,2% y en abril, un 3,3%, mientras que en mayo lo hizo un 7,5%.
A mediados de julio, tanto Oficemen, como la patronal de la construcción (CNC) y distintas asociaciones de fabricantes de áridos, de hormigón o de derivados reclamaron al próximo Gobierno un plan integral de obra pública y cifraron en 10.000 millones la pérdida de capital en infraestructuras para 2016.
