jueves. 25.04.2024

Fan y 'fam'

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Pan para hoy y hambre para mañana (pa per avui i fam per demà). Con estas palabras podríamos resumir lo que supondrá para nuestra Isla la puesta en marcha del macrocomplejo comercial Fan Mallorca Shopping.

 

Hace unos días que este centro funciona y ya hemos podido ver alguno de los problemas que generará; el primero de ellos el tráfico. Se abre una instalación de este tamaño con unos accesos limitados que, a menudo, serán insuficientes para absorber el volumen de tráfico que necesita un centro como este. Este es el fruto que recogemos del urbanismo a la carta aplicado en este caso.

 

Pero sigamos con los peros. Desde la promotora se ha vestido este centro como un empujón a la economía local, como una iniciativa generadora de trabajo de forma directa e indirecta.

 

Seguramente es cierto que se han creado 1.500 puestos de trabajo pero ¿En qué condiciones contractuales, con qué grado de precariedad, con qué horarios intensivos y con qué salarios? La pregunta la pueden contestar todos aquellos que ahora estan allí trabajando.

 

Añadamos un factor más. ¿Cuántos de puestos de trabajo se destruirán en el pequeño comercio con la puesta en marcha de este monstruo? Según los estudios realizados perderemos más de 2.500 puestos de trabajo en nuestros establecimientos. Es pura matemática detrás de la cual hay personas.

 

Vayamos un poco más lejos. Los grandes centros comerciales como Fan, deshumanizan las ciudades. Son un factor de desertificación agudo. Hacen que se pierda vida en las calles y merman la actividad del pequeño comercio. Es este pequeño comercio el que da carácter propio a nuestras calles.

 

Por mucho que lo vistan de marketing, centros como Fan Mallorca los hay en Londres, Moscú, París, Roma, Madrid, Barcelona y todos son iguales en el fondo. Sólo cambian las distribuciones de los comercios y los logotipos.

 

Estos centros comerciales no aportan nada al turismo. No son un atractivo con valor añadido. El turista que nos visita podrá encontrar en nuestros pueblos y en Palma comercios diferentes, singulares y con encanto que no tendrá en su país de origen. De Primarks y derivados ya tiene y muchos.

 

Esto es lo que deberíamos tener en cuenta a la hora de repensar si queremos mantener el modelo de ciudad o de pueblo mediterráneo, abierto y con vida en la calle que siempre nos ha caracterizado.

 

Tal vez algunos prefieren un modelo más americanizado a base de barrios residenciales y donde la actividad comercial quede absorbida en estos grandes centros.

 

Mallorca ya no puede tolerar ningun Fan más ni nada similar. Es más, seguramente ya no podíamos soportar esta infraestructura que, ahora, tendremos que asumir pagando un precio muy elevado. Habría que mirarse más el ombligo.

Fan y 'fam'
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