jueves. 25.04.2024

Otra vuelta de tuerca con la moratoria

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Algunos estan empecinados en que en Mallorca no podamos decidir con 'seny', debate y tranquilidad cual es el futuro que queremos para el sector comercial. Desde que el Consell de Mallorca aprobó la moratoria o 'tentol' para frenar la especulación y el consumo de territorio se ha hecho todo lo que se ha podido y más desde los poderes fácticos para tumbar esta medida.

 

La última muestra de esta beligerancia la hemos encontrado en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia con un recurso a la moratoria que no tiene lógica alguna. Desafortunadamente ya nos hemos acostumbrado a que este organismo se haya convertido en un brazo ejecutor de los intereses de los grandes operadores que se enfrentan contra todo y contra todos para defender sus negocios. No importa que esté en peligro el pequeño comercio. No importa que los políticos elegidos democráticamente tomen decisiones razonadas. Son voraces. Solo les importa el negocio de a quienes representan en la sombra.

 

Se me hace muy complicado entender que tiene que un organismo que regula la competencia se meta en el embrollo de intentar frenar una medida urbanística que, por encima de todo tiene como objetivo preservar el territorio mientras llega un plan que regule el sector.

 

Se trata de evitar que se devoren más recursos y terrenos de forma desaforada, ilógica y sin tener en cuenta su impacto medio ambiental.

 

Ahora bien, al final lo único que importa es conseguir implantar un modelo de total y absoluta liberalización económica y comercial en donde se imponga la ley del más fuerte.

 

Desde Pimeco quiero enviar mi aliento y el de todo el pequeño comercio al Consell de Mallorca y a sus gobernantes y animarles a que no desistan en su empeño. Les insto a usar todos los resortes que tengan para frentar este abuso intolerable.

 

En su mano está y ahora también en la de los tribunales, el evitar que el pequeño comercio de Mallorca muera ahogado por los grandes monstruos comerciales. Con ello también morirá el espiritu, el alma de muchas calles, de muchos pueblos por que al final el pequeño comercio es vida.

Otra vuelta de tuerca con la moratoria
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