viernes. 29.03.2024

 

Los plazos para la reconstrucción mamaria tras mastectomía por cáncer de mama son inaceptables en la mayoría de las comunidades autónomas. En Baleares, este retraso está entre 7 meses y un año.

 

El primer informe que los recopila -elaborado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE)- muestra que una intervención que, siempre que sea posible, debería realizarse de forma inmediata, suele dilatarse en el tiempo, con las consiguientes repercusiones físicas y psicológicas en las pacientes.

 

La SECPRE considera que esta situación es atribuible a dos factores principales. Por un lado, el bajísimo número de cirujanos plásticos en la sanidad pública, cuando son estos profesionales los únicos que, por su titulación oficial de especialistas en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, tienen la formación adecuada para aplicar las diferentes técnicas de reconstrucción mamaria con las máximas garantías de seguridad y calidad.

 

Según las últimas estadísticas oficiales del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad , publicadas hace apenas un mes, de los 451 hospitales que conforman la red pública del Sistema Nacional de Salud (SNS), sólo el 25,39% incluye en su oferta asistencial la Cirugía Plástica y Reparadora, frente al 69,77% de los privados.

 

 

Las mismas estadísticas muestran que el número total de cirujanos plásticos en la sanidad pública es de 428, con lo que, dividiendo entre el citado número de hospitales, el ratio medio no llega a 1 cirujano plástico por centro sanitario (428/451 = 0,94). Teniendo en cuenta la población española, el ratio sería de 0,09 cirujanos plásticos en el SNS por cada 10.000 españoles o, lo que es lo mismo, 1 por cada 109.275 habitantes.

 

El otro factor, vinculado a este déficit de cirujanos plásticos, es el hecho de que las reconstrucciones mamarias sean realizadas, en muchas ocasiones y a instancias de las gerencias de los hospitales, por otros profesionales, como los especialistas en Cirugía General y del Aparato Digestivo o en Ginecología y Obstetricia, que no disponen de la formación adecuada para ello.

 

Tal circunstancia incrementa el riesgo de complicaciones y provoca resultados de baja calidad, lo que hace necesaria muchas veces la re-intervención por parte de cirujanos plásticos, dilatando aún más los plazos. Asimismo, imposibilita establecer un protocolo común para el tratamiento integral del cáncer de mama en todos los hospitales públicos, generando desigualdades en la atención que reciben las pacientes en función de la comunidad autónoma en que residan o el centro al que estén adscritas.

 

La SECPRE considera que la escasez de cirujanos plásticos en la sanidad pública responde a una anticuada visión de esta especialidad como un lujo, un extra meramente estético, pese a que intervenciones como la reconstrucción mamaria demuestran justo lo contrario. Por ello, reclama que se incremente el número de cirujanos plásticos en el SNS, que sean ellos los únicos responsables de las reconstrucciones mamarias y que se potencie la reconstrucción inmediata, lo que reduciría, lógicamente, las listas de espera.

 

Tipos de reconstrucción y beneficios de la inmediata

En general, la reconstrucción mamaria reporta a las pacientes unos evidentes beneficios psicosociales, emocionales y en su calidad de vida. Son beneficios que resultan aún mayores si la intervención se realiza con carácter inmediato, es decir, en el mismo acto quirúrgico en el que se les extirpan las mamas, ya que en ningún momento se ven sin una parte de su cuerpo.

 

La reconstrucción inmediata también reduce el tiempo de estancia hospitalaria, los costes de ésta y los plazos de recuperación de las pacientes, no afecta a la evolución natural de la enfermedad, no interfiere con la quimioterapia adyuvante y disminuye el riesgo de linfedema (formación de edemas e hinchazones por la extirpación de los ganglios linfáticos situados en las axilas). Es, pues, la opción preferible siempre que no esté contraindicada.

 

Hay pacientes que, por ejemplo, deciden no reconstruirse las mamas o a las que sus médicos desestiman tal posibilidad por padecer tumores avanzados o por conllevar su tratamiento algún coadyuvante que la contraindique. La reconstrucción diferida, por su parte, es aconsejable en pacientes cuyo caso requiere de técnicas muy complejas de reconstrucción, que aconsejan retrasarla para no alargar en exceso la intervención, o que presentan problemas médicos asociados, como obesidad o hipertensión graves.

 

La SECPRE estima que, de la media de 25.000 mujeres a las que cada año se diagnostica cáncer de mama en España, en torno al 64% (unas 16.000) acaban siendo sometidas a una mastectomía. De ellas, sólo al 28% se les reconstruyen las mamas, lo que arroja una cifra de 4.500 pacientes, de las que únicamente a 1.920 (el 42,6%) se les realiza la reconstrucción de forma inmediata.

 

A su vez, de esas 4.500 intervenciones anuales, sólo unas 1.000 se practican con la técnica conocida como “DIEP” por sus siglas en inglés, pese a ser la técnica de primera elección en reconstrucción mamaria según la actual literatura científica, dados sus resultados y evolución posterior más naturales. Consiste en la reconstrucción microquirúrgica de las mamas con tejido abdominal de la propia paciente preservando el músculo.

 

La técnica DIEP sólo está contraindicada en las mujeres muy delgadas, con pocos tejidos para recrear las nuevas mamas, o en los casos en los que vaya contra las preferencias estéticas de las propias pacientes. Al precisar de vasos sanos con los que asegurar el suministro sanguíneo de los tejidos extirpados y reimplantados, tampoco puede proponerse siempre a mujeres fumadoras o que padezcan diabetes, enfermedades del tejido conectivo o enfermedades cardiovasculares.

 

Como decíamos, los únicos profesionales cuya formación incluye, a día de hoy, la microcirugía para la reconstrucción mamaria son los cirujanos plásticos. Por ello, cuando otros profesionales realizan reconstrucciones, suelen aplicar otras técnicas, como la reconstrucción con expansor y prótesis , privando a las pacientes de su derecho a la que -insistimos- debería ser la técnica estándar generalizada según la literatura científica.

 

Metodología del Informe sobre Listas de Espera para Reconstrucción Mamaria

En cualquier caso, se aplique una u otra técnica, a la intervención de reconstrucción mamaria en sí suelen seguirle una o dos operaciones más, que vienen a afinar y completar los resultados, como la correcta simetrización de las mamas o la reconstrucción y pigmentación de areolas y pezones. En términos médicos, a esa primera intervención se la denomina “primer tiempo quirúrgico”, y al resto, “segundo tiempo”, “tercer tiempo”, etc.

 

En el informe de listas de espera realizado por la SECPRE el plazo contemplado en la reconstrucción diferida es el transcurrido entre la mastectomía y el primer tiempo quirúrgico, ya que los plazos del resto de intervenciones dependen de cómo evolucionen las pacientes a los resultados de la primera. En aquellos hospitales en los que, afortunadamente, se practica la reconstrucción inmediata y apenas transcurre tiempo de espera para la diferida, se ha computado un plazo medio de un mes para esta última a efectos de homogeneización de los datos con el resto de centros.

 

Los hospitales que figuran en el informe son los que cuentan con servicio de Cirugía Plástica y Reparadora o con, al menos, cirujanos plásticos en plantilla, aunque estén adscritos, por decisión de sus gerencias, a otros servicios. Como se observa en el Anexo, en la mayoría de estos hospitales se realizan reconstrucciones inmediatas, que, recordemos, representan el 42% del total. Las diferidas se practican en plazos que van desde un mes hasta 4-5 años, dependiendo del centro y la comunidad autónoma.

 

En Baleares, la lista de espera para reconstrucción mamaria está entre 7 meses y un año