Casi el mismo día en que la Amnistía Fiscal decretada por el Ministro Montoro fuese declarada anticonstitucional, una de las familias amnistiadas, la del magnate mallorquín Escarrer, hacía pública una de sus obras de ingeniería fiscal y societaria que conecta sus intereses empresariales y financieros en paraísos fiscales como Luxemburgo, las Antillas Holandesas, Gibraltar y Panamá.
Es decir: que además de acogerse a una amnistía que Montoro ya ha advertido que por mucho que diga el Tribunal Constitucional, no va a ser revisada ni la declaración del alto tribunal va a ser tenida en cuenta, la familia en cuestión tenía "algo más" que declarar. Bastante más que declarar, les advierto sin entrar en cifras.
Lo de los Escarrer y otros grandes empresarios del día y de la noche balear, es para que nos lo hagamos mirar, no sólo porque ganan dinero a espuertas como nunca, sino porque también defraudan como nunca. Escarrer y otros no sólo se acogieron a la amnistía fiscal, sino que también aparecían en los llamados "Papeles de Panamá", y son clientes habituales de importantes y prestigiosos bufetes de abogados de Palma (y de Panamá) especializados en ingeniería fiscal y financiera para la evasión y elusión de impuestos. Me evitaré poner ejemplos, busquen apellidos honorables en la hemeroteca reciente, algunos de ellos con conexiones familiares evidentes en altas instancias del Estado y la judicatura.
Pero a gobierno español le gustan las amnistías fiscales a los amigos, y de hecho la premian: si lo recuerdan, en marzo Rajoy nombró la patriarca del grupo Melià H&R "Embajador honorario de la Marca España", en reconocimiento a su "tarea pionera en la expansión internacional de la hostelería española". Más difícil es que hagan público el nombre de las fortunas amnistiadas, no vaya a ser que nos demos cuenta de que el problema son ellos, y no nuestras ganas de vivir "por encima de nuestras posibilidades".
Mientras la mayoría de la ciudadanía cumple con sus obligaciones vía impuestos para sostener el Estado y los servicios públicos, aunque sea comprando una simple barra de pan y pagando su correspondiente IVA, otros se las ingenian para al fin y al cabo, expoliarnos a todas y a todos, al amparo de leyes y políticos sin escrúpulos que encima, los premian. Y así nos va.
