En plena resaca de los “Papeles de Panamá”, en la semana en que supimos que además de dedicarse a la extorsión, Ausbanc era patrocinada por los bancos y “Manos Limpias” era más bien “manos sucias”, el gobierno de España en funciones parece haberse “relajado” en lo que a doctrina del déficit se refiere.
La misma semana en que la Fiscalía decidía la vía penal frente al los recortes sanitarios decretados por la Xunta de Galicia que impidieron el acceso a las medicinas necesarias para combatir la hepatitis C.
La misma semana en que se han cumplido tres años de la muerte de Alpha Pam, el joven afromallorquín víctima de una tuberculosis que hubiera podido ser tratada como debía si el acceso normal al sistema sanitario de todo ciudadano residente independientemente de su condición no hubiera sido restringido.
En esta misma semana, a Montoro se le han abierto los ojos, y ha pasado de amenazar, vía carta o rueda de prensa, a las Comunidades, y ha aparcado (supuestamente) el nuevo paquete de recortes que se estaba negociando con la troika.
¿Será que la troika también se ha relajado, o será que desde el corazón de esta Europa cada vez más inhumana y menos democrática están preparando ya el terreno para una grosse koalitionen, suavizando las exigencias a España?
Nada es casual en este mundo sumido en la fase caníbal del capitalismo, en el que la crisis se ha aprovechado para enterrar derechos y soberanías democráticas, para que ganaran unos pocos a costa del sufrimiento de la mayoría: es su proyecto político.
El proyecto político de los beneficiarios de paraísos fiscales como Panamá, se llamen Donald Trump o Escarrer, y de sus siervos políticos, se llamen Soria o González. En la Europa de estos días pesan mucho más los lobbies y los siervos, con sus intereses, que la democracia y que un mínimo proyecto de cohesión e integración.
Y España, con un gobierno en funciones, es mucho más funcional al sistema que lo que podríamos imaginar. Grecia es un país pequeño, en comparación al Estado español, y no pudo ganar el pulso.
En cambio que aquí hubiese un gobierno de izquierdas, que pusiera sobre la mesa replantear las reglas del juego (como han hecho los británicos, bajo la amenaza del referéndum del Brexit), que las personas son antes que las obligaciones con el sistema financiero, que la deuda y los planes de ajuste son cuando menos negociables..., los “mandamases” de Bruselas no tendrían otro remedio que negociar. No pueden permitirse otra cosa.
Quieren evitarlo a toda costa, y también en esta semana, un partido funcional al status quo del sistema como es Ciudadanos ha planteado que ante el presunto callejón sin salida para investir presidente y formar gobierno, se podría optar por una persona “de prestigio”, con un “perfil independiente”, un “tecnócrata”.
Veremos si en los próximos días, porque el margen es cada vez menor, ese aparente brindis al sol se concreta. También explicaría mucho todo este teatro del empecinamiento del PSOE y de Pedro Sánchez con Ciudadanos y Rivera como socios prioritarios, cuando bajo esa combinación no salen los números por ningún lado.
Y al IBEX35 no le interesa ni un gobierno democrático, ni la imprevisible expresión de un pueblo que sigue indignado en las urnas. Todo eso, en una semana, sin contar con el primer (y esperemos que el último) yihadista detenido en Mallorca, y la muerte de Prince. A todo esto, espero equivocarme.
