En los últimos días, coincidiendo con la exitosa celebración de la feria FITUR2024, han resurgido comentarios que tildan al sector turístico como "poco productivo y de escaso valor añadido". Aunque esta afirmación no proviene directamente de un miembro del Gobierno de España, no podemos pasar por alto esta mención.
Según la definición de la Real Academia Española, la productividad se refiere a la "relación entre lo producido y los recursos utilizados, como mano de obra, materiales, energía, entre otros". En el contexto del sector turístico, la productividad se relaciona con la eficiencia y eficacia en el aprovechamiento de los recursos para generar valor y servicios turísticos.
Es importante destacar que la productividad se mide en términos relativos. En el caso del sector turístico, esta medida abarca no solo aspectos económicos, sino también la calidad de la experiencia brindada al turista, su satisfacción, el impacto en la comunidad local y en el entorno natural. ¿Cuáles son, entonces, los factores que influyen en la productividad de este sector?
El primer factor indiscutible es la tecnología. La adopción tecnológica se desglosa en diversas dimensiones, que incluyen la gestión de ingresos, la comunicación con el cliente, la recopilación y análisis de datos, así como herramientas de back office, métricas y contabilidad, entre otras.
A pesar de que más del 70% de las transacciones turísticas en Europa se realizan en línea y se espera un crecimiento continuo en esta cifra, todavía enfrentamos desafíos para optimizar la tecnología y abordar cuestiones relacionadas con la inteligencia artificial, modelos de negocio en evolución y el desarrollo de habilidades del personal y estructuras organizativas para su aplicación efectiva.
Los recursos humanos y su capacitación son otro factor clave. La falta de personal calificado sigue siendo un problema crítico, ya que las empresas turísticas se encuentran con dificultades para satisfacer la demanda. Aunque este no es un problema exclusivo del sector turístico, es especialmente relevante en un sector que se centra en la interacción entre personas.
La reputación y la empleabilidad son temas de debate actuales que deben abordarse, junto con la comunicación efectiva de la excelencia del sector y la mejora de la correspondencia entre los puestos de trabajo y la formación en habilidades específicas.
Posteriormente, podemos considerar que los demás factores que contribuyen a la productividad se enmarcan en el ámbito ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza). Esto abarca la ética en los negocios, la contribución a las comunidades locales y la implementación de políticas de gestión ambiental, tanto en mitigación como en adaptación al cambio climático.
Es esencial destacar que el nivel de exigencia que tenemos hacia las empresas privadas debe ser igualmente aplicado a las administraciones públicas. Es crucial que se desarrollen políticas gubernamentales a nivel local, regional y nacional que faciliten el trabajo de las empresas privadas en el sector turístico.
Esto incluye mejoras en infraestructuras, la adopción de tecnología para la gestión de destinos, innovación en productos y servicios, y actualización de los órganos de promoción. Además, se deben establecer métodos eficientes de colaboración público-privada para transferir conocimientos de manera efectiva y tomar decisiones anticipadas para prevenir problemas y externalidades negativas en la actividad.
Los datos indican que el sector turístico fue un pilar fundamental de la economía española en 2023, con más de 85 millones de visitantes internacionales, casi tres millones de empleados afiliados a la seguridad social y un incremento del 20% en el gasto turístico, alcanzando los 108.662 millones de euros. Sin embargo, tenemos la responsabilidad de seguir trabajando para mejorar la productividad y la eficiencia en el ecosistema turístico. Esto requiere acción y decisión por parte de todos los actores involucrados.
