lunes. 29.04.2024

La revolución energética llega a nuestras casas

Allá por el siglo I antes de Cristo, Marco Vitruvio Polión, considerado a lo largo de la historia como el padre de la arquitectura, escribió en su tratado “Los tres virus de la arquitectura”, que toda obra debía representar un equilibrio entre su base técnica, funcional y estética. En los últimos años, hemos sido protagonistas de una verdadera revolución en el sector de la edificación, en la que la funcionalidad y la estética de las construcciones han mejorado su integración paisajística y la estética de nuestras urbes.

 

Pero también se ha llevado a cabo otra revolución en la base técnica de nuestros edificios, y aquí me refiero principalmente a sus aspectos energéticos. En el año 2007, los edificios nuevos sufren una evolución en su diseño energético que hace que la demanda energética de los mismos se reduzca sobremanera. Una construcción realizada en el año 2007 consume un 60% menos de energía que si se hubiera construido un par de años antes. Esto es fruto de la implantación en España de las directivas europeas de eficiencia energética en los edificios.

 

Y la cosa no queda ahí. A partir del 1 de enero de 2021, todos los edificios nuevos en la Unión Europea -2019 para los edificios públicos- tendrán una demanda de energía prácticamente nula en su funcionamiento. Esto quiere decir que su diseño energético será óptimo. Para ello, la orientación, aislamientos, protecciones solares, equipos de calefacción y aire acondicionado, serán analizados en detalle. Además, estos edificios harán uso de las energías renovables para que una parte importante de la energía consumida sea autogenerada localmente.

 

¿Se lo imaginan? Es una pena que, tras el boom inmobiliario de la pasada década, no son muchos los edificios nuevos que vemos en construcción en nuestros días. La Comisión Europea es consciente de esta realidad que no es única de España, sino común a la mayoría de los estados miembros, y plantea un nuevo reto en cuanto a la energética edificatoria: la rehabilitación energética de los edificios existentes.

 

Hay que tener en cuenta que el 40% de toda la energía que consume la Unión Europea lo hacen sus edificios, si bien, hay que tener en cuenta que nuestro clima nos beneficia, de modo que este porcentaje se reduce al 30% en nuestro país. Así que urge actuar también sobre los edificios ya construidos.

 

La mayoría de los países europeos, hasta el año 1980 no disponían de ninguna normativa energética de aplicación a los edificios. Es decir, los edificios que se construían no disponían de aislamiento en las fachadas, además de otras deficiencias constructivas características de aquella época.

 

Actualmente existen en la Unión Europea 80 millones de edificios construidos, de los que alrededor de 10 millones se encuentran en España y cerca de 390.000, en la Región de Murcia. Se estima que aproximadamente la mitad de estos edificios fueron construidos entre las décadas de los años 50, 60 y 70, es decir, con un comportamiento energético, cuanto menos, deficiente. Estos edificios constituyen una prioridad en las políticas energéticas actuales de la Unión Europea.

 

Hemos sido testigos este verano de la campaña del Ministerio de Industria, Energía y Turismo en televisión, protagonizado por un famoso actor, para concienciar a los ciudadanos de la importancia y las ventajas que supone la renovación energética de nuestras viviendas. Es necesario que este mensaje cale. No debemos -más bien, no podemos- seguir viviendo en casas que despilfarran energía, ocasionando un importante impacto sobre el medio ambiente. Yo, que tengo ocasión de visitar diversas ciudades europeas, me deleito comprobando cómo esta práctica renovadora se va extendiendo en el continente.

 

Pero, ¿cómo se rehabilita energéticamente un edificio? La Comisión Europea ha definido tres niveles de rehabilitación distintos: soft (leve), que incluye un cambio de ventanas y un aislamiento interior o exterior en la fachada; deep (profunda), incluyendo lo anterior, con una renovación completa de la fachada, sustituyéndola en caso necesario, además de la renovación de los equipos de calefacción y aire acondicionado por otros de máxima eficiencia; y la renovación ZEB (Zero Energy Building , esto es, edificios de demanda energética casi nula), en la que, además de lo anterior, se incluye el uso intensivo de las energías renovables, principalmente solar fotovoltaica. Todo, con el fin de autogenerar una parte importante de la energía que consume el edificio. La rehabilitación de los edificios incluye también mejoras en su accesibilidad. Se trata de procesos complejos que requieren la actuación conjunta de ingenieros y arquitectos.

 

La reducción en el consumo de nuestros hogares será muy importante: 30% en caso de una renovación soft, por encima del 50% en el caso de una renovación profunda, y por encima del 90% si queremos conseguir un ZEB. Esto supone una importante ayuda para los hogares, sobre todo para aquellos que se encuentran en riesgo de pobreza energética, siendo una prioridad en este proceso. Se crearán 150.000 nuevos puestos de trabajo en el sector de la construcción reconvertido hacia la rehabilitación.

 

Para ello, de aquí hasta 2020 y más allá, se van a poner a disposición de los ciudadanos distintos instrumentos financieros que nos ayudarán a llevar a cabo esta tarea, que sin duda  renovará el aspecto de nuestras ciudades y nuestra calidad de vida. De hecho, muchos de ellos ya están a nuestra disposición, bien a través del propio Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Línea PAREER-CRECE), bien a través de nuestra Consejería de Fomento (Plan de Vivienda). Hay que decir que la Región de Murcia fue una de las regiones europeas firmantes de la “Declaración de Ljubljana”, documento político que promueve, entre otras cosas, la rehabilitación energética de nuestros edificios.

 

Se hace necesario realizar un plan estratégico para acometer las acciones de rehabilitación energética de los edificios. Conocer las tipologías edificatorias y la situación social de las familias es fundamental para establecer prioridades y optimizar los fondos para utilizarlos de la manera más inteligente.

 

Si Marco Vitruvio levantara la cabeza vería que, tras más de 2000 años, su tratado fundamental sobre el proceso arquitectónico, no sólo sigue vigente, sino que tanto los edificios concebidos en la actualidad, como los renovados, suponen un verdadero equilibrio entre técnica, funcionalidad y estética. Y nosotros a disfrutarlo. ¡Gracias Marco Vitruvio!

 

La revolución energética llega a nuestras casas