lunes. 29.04.2024

La posesión de Alfabia y sus jardines, una alternativa al turismo de playa

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Nos encantan nuestras playas pero salgamos de tópicos y busquemos cobijo en nuestras montañas Patrimonio de la Humanidad. A caballo entre Palma y Sóller en las faldas de la Serra de Tramuntana se encuentra una de las posesiones más emblemáticas de la isla: la posesión de Alfabia.

 

Las posesiones, pequeños reductos de la economía mallorquina, antaño fueron verdaderos núcleos de la vida local tradicionalmente dedicadas a explotaciones agrícolas y en menor medida al ganado. La posesión de Alfabia, levantada sobre una antigua alquería islámica tras la conquista de Mallorca, fue desde sus orígenes una de las más importantes de la isla, testigo de los enfrentamientos entre Canamunt y Canavall y digna de la realeza. Debe su fama a sus jardines pero son muchos los factores que merecen su visita, incluso hasta dejar de lado alguna playa para conocerla.

 

La visita comienza frente a la fachada principal, del siglo XVII, dónde subiremos a nuestra izquierda por unas amplías escaleras de piedra. El recorrido está marcado por diversos elementos arquitectónicos resultado de los distintas influencias en la posesión que conviven armoniosamente. Desde su imponente fachada barroca hasta un antiguo aljibe, pasando por una fuente adornada con 24 hidrias de piedra con surtidores intercalados que cruzan las aguas entre sí, creando una atmosfera verdaderamente mágica. Esta fuente es uno de los principales atractivos de los jardines de Alfabia. 

Foto: Toni y Maura del blog "El Discreto Encanto de Viajar".

Foto: Toni y Maura del blog 'El discreto encanto de viajar'.

 

Continuamos la visita por sus exóticos jardines repletos de palmeras y un gran estanque, que sorprende tanto a turistas como locales. Buen momento para sentarse y disfrutar de un zumo de naranja natural bajo la sombra de los árboles y observando el pequeño edén que nos rodea.

Foto: Toni y Maura del blog 'El discreto encanto de viajar'.

 

No todo lo bello se encuentra en el exterior, los gruesos muros de la posesión, aparentemente rural, guardan algunos de los mejores salones de la nobleza mallorquina, testigo de los más ilustres personajes. De entre todas las estancias destaca la Sala Grande con un artesonado del siglo XVII y el retrato de Pere de Santacilia uno de las principales personajes de los Canamunt, así como la “Sala de l’alcova” donde encontramos una bonita puerta vidriera de estilo rococó francés que data del año 1864. Tras la puerta se encuentra lo que se conoce como el “cuarto de la reina” debido a que en dicha habitación pernoctó la reina Isabel II en 1860. Mención aparte merece la llamada “Cadira des Rei Moro”, un gran sillón de madera de roble tallada en la que se representa la pérdida del reino de Mallorca para Jaume III. 

 

Para acabar y como guinda a este encantador recorrido, descubrimos el gran patio interior, todo de piedra y decorado con una bonita fuente. Desde aquí podemos acceder a una pequeña capilla, los establos, un pozo y una gigantesca almazara.

Foto: Toni y Maura del blog 'El discreto encanto de viajar'.

 

Las posesiones fueron antaño el motor de la economía de Mallorca aunque paradójicamente hoy son las grandes olvidadas por la nueva economía que mueve Mallorca: las playas. 

 

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La posesión de Alfabia y sus jardines, una alternativa al turismo de playa