A estas cifras se ha llegado después de haber analizado 62 ramas de actividad y 1.600 agentes económicos (entre personas físicas y jurídicas).
De ests volumen económico por impacto directo (el generado directamente por las actividades ubicadas en la Playa de Palma) se estiman 996 millones de euros y por indirecto (el generado por las compras e inversiones a agentes ubicados fuera de la Playa de Palma) se calculan 441 millones de euros.
Se consigue un efecto multiplicador de 1,44. Es decir, de cada 100 euros producidos de manera directa, se generan indirectamente 44 euros más.
Este estudio es pionero porque analiza todas las ramas de actividad que operan en una zona geográfica determinada, en nuestro caso, la Playa de Palma. Y, por primera vez, es posible aproximar el PIB a dicha zona.
En la rueda de prensa se ha alertado sobre la gran descompensación entre la inversión privada y la pública en la Playa de Palma.
En los últimos cinco años, según la Asociación Hotelera de la Playa de Palma, la inversión privada ejecutada se estima de media en 120 millones de euros anuales, mientras que la pública se sitúa cerca del millón de euros al año de media, teniendo en cuenta importes licitados, ejecutados o adjudicados y pendientes de licitación.
En este sentido, el efecto multiplicador de la inversión privada se estimaría en 1,73 y el de la pública en 1,74, consiguiendo una capacidad de arrastre más elevada que en la producción. Por cada 100 euros invertidos en la Playa de Palma se generan 73-74 euros adicionales en el resto de la economía balear. La inversión es una actividad “rentable” para nuestra economía.
A mayor inversión en la zona, mayor impacto económico en todas las actividades. Sobre todo en la hotelera porque permite un mejor reposicionamiento del producto y orientarse hacia un segmento más rentable. Se tarda unos años en alcanzar el nuevo posicionamiento pero, si todos los factores internacionales se mantienen, el impacto económico de la Playa de Palma será sin duda más elevado de lo que es en la actualidad.
Al estimar qué ramas de actividad tienen mayor presencia en la generación económica del total producido en la Playa de Palma, destaca, como era de esperar, los servicios de alojamiento (actividad hotelera) al aportar casi un tercio de la actividad económica de la zona. Concretamente genera 438,0 millones de euros, lo que representa el 30,5% del total del impacto económico.
En segundo lugar, se encuentran las actividades inmobiliarias (compraventa y alquileres, sobre todo de locales comerciales) con una aportación de 139,1, lo que significa el 9,7% del total.
Le sigue, en tercer lugar, el comercio al por menor (souvenirs, tiendas de ropa y calzado, alimentación, ferreterías, estancos, joyerías, etc.) con 129,6 millones de euros, lo que representa el 9,0% del total. Y finalmente, con un porcentaje muy cercano al 9%, la construcción y la restauración con 127,5 y 123,3 millones de euros respectivamente. Entre estas cinco actividades se concentran dos tercios de la actividad económica de la Playa de Palma.
Se estima que la producción de la Playa de Palma genera el 3,16% de la producción total balear en 2017. Si se tiene en cuenta que la isla de Mallorca concentra el 80,7% del Producto Interior Bruto (PIB) total balear, Menorca el 6,3% y las Pitiusas el 12,9%, se podría estimar que lo que genera la Playa de Palma equivaldría a la mitad de lo generado en la isla de Menorca.
La Playa de Palma da empleo a 11.806 personas, de los que 8.180 son empleos directos y los restantes 3.626 son indirectos. Por ramas, casi uno de cada tres empleos viene generados por la actividad hotelera, concretamente 3.544 (30,0%).
En segundo lugar, la construcción genera 1.131 empleos (9,5%). En tercer lugar, la restauración genera 1.116 empleos (9,4%). En cuarto lugar sigue el comercio al por menor con 871 empleos (7,3%) y en quinto lugar los servicios profesionales con 790 empleos (6,7%)
