jueves. 19.09.2024
Eticentre anima a las pymes de las Islas a aprovechar la llegada del mes de septiembre y el inicio del curso para replantear su plan de empresa y comenzar a trabajar en la implementación de estándares éticos en su gestión. Una evolución necesaria para impulsar un crecimiento más sostenible en esta comunidad con la que, además, va a mejorar su competitividad, fidelizar clientes y retener talento, entre otras muchas ventajas.

 

Las pequeñas y medianas empresas suponen el 99% del tejido empresarial de nuestro país, aportan el 65% del PIB y generan siete de cada diez puestos de trabajo. En Baleares, según el último informe del Ministerio de Industria y Turismo, hay 97.712 pymes (con menos de 250 trabajadores) lo que supone un 99,9% del total de las empresas de las Islas.

Muchos empresarios de las Islas no saben cómo implantar un código ético

Miguel Ángel Benito, presidente de Eticentre, explica que “los valores éticos ya forman parte del ADN de un buen número de empresas baleares, pero que queda camino recorrer porque son muchos los empresarios que teniendo unos valores implícitos, no los tienen ordenados y por ello no los tienen presentes y no los ponen en valor”.

Microempresas y autónomos pueden implantar su código ético sin gran esfuerzo

Benito incide en que las pymes, microempresas e incluso autónomos, sin necesidad de grandes esfuerzos ni inversiones excepcionales, pueden elaborar su código ético. Esto se debe a que hay valores que en muchos casos ya tienen implícitos pero no están organizados bajo un plan y por tanto no los ponen en valor.

“Son empresas muy ágiles, con una gran capacidad de adaptación a los cambios, pero les cuesta destacar sus políticas de RSE porque muchas veces no las identifican como tales”, añade.

Por otro lado, respecto a las grandes empresas, según se desprende de la encuesta Cultura Ética e Integridad en las Organizaciones realizada por la consultora Deloitte, nueve de cada diez compañías consideran que la ética y la integridad son valores importantes en su día a día pero sólo el 50% actúa de manera proactiva para identificar riesgos en estas materias.

Por todo ello, el presidente de Eticentre, reclama la articulación de estrategias colectivas específicas y anima a los empresarios de esta comunidad a incorporar formas de gestión basadas en principios y valores con las que van a obtener importantes beneficios. “Sólo así podremos avanzar hacia una economía y un tejido empresarial más centrado en las necesidades de la sociedad”.

Eticentre, una ayuda para las empresas que quieran realizar sus planes éticos

Desde la entidad recuerdan que están a disposición de todo el tejido empresarial de las Islas para asesorar y acompañar en este proceso de cambio.

“El código ético es una guía muy valiosa a la hora de tomar decisiones en la empresa, especialmente en momentos de incertidumbre y complejidad, porque ayuda a prevenir situaciones de riesgo”, explica Benito.

En el aspecto laboral, por ejemplo, disponer de una guía de actuación para la prevención y resolución de conflictos, favorece un buen clima laboral y ayuda a la retención de talento. Mejora la reputación corporativa de la empresa, genera confianza en la comunidad y fomenta mayor capacidad de supervivencia y resiliencia”, añade.

Los 6 beneficios de las prácticas responsables en la empresa

Las ventajas de incorporar los valores de la responsabilidad social empresarial a los negocios son múltiples aunque pueden sintetizarse en estas seis.

  • Mejora de la reputación de la empresa. Incorporar los valores éticos en el ADN de la empresa y comunicarlos a la sociedad supone dotarla de una imagen muy positiva que supone una gran ventaja competitiva. Mantener compromisos medioambientales y sociales supone una oportunidad para diferenciarse y mejorar el posicionamiento en el mercado. 

 

  • Fidelización de los clientes. Cada vez más consumidores exigen productos y servicios que sean respetuosos con el medio ambiente y que garanticen un trato justo a sus empleados y proveedores. Una tendencia al alza que está transformando la cultura empresarial.

 

  • Lealtad de los trabajadores. La implementación de estándares éticos en la gestión del personal retiene talento en la empresa y mejora los resultados. La transparencia con los empleados, las condiciones laborales justas y equitativas y su implicación en la toma de decisiones influye directamente en cómo los empleados interactúan con la empresa, con los clientes y los proveedores.

 

  • Innovación y mejora continua. Avanzar en los compromisos de un código ético, con un plan de empresa definido y con la evaluación de indicadores claros relacionados con los recursos humanos y con la sostenibilidad económica y medioambiental, permite a la empresa ir incorporando nuevos modelos de gestión y una mejora continua en sus productos y servicios.

 

  • Reducción de riesgos. La responsabilidad social empresarial supone también adquirir compromisos de buen gobierno que facilitan la toma de decisiones, con una hoja de ruta y un plan de empresa bien definido y orientado a la justicia social, la transparencia y la reducción de daños medioambientales, que conllevan una limitación de los riesgos por incumplimientos normativos.

 

  • Satisfacción personal del empresario. Asumir un compromiso con la sociedad, el territorio y el entorno, con clientes, trabajadores y proveedores, supone además una gran satisfacción personal al empresario- Su actividad no sólo se enfoca en unas ganancias económicas sino que está contribuyendo a un mundo más justo y más sostenible.

 

Eticentre anima a las pymes de las Islas a incorporar estándares éticos en su gestión
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