En un programa de liderazgo para directivos experimentados, compuesto por tres módulos de tres días cada uno, introdujimos un taller titulado Buscando al duende.
Lo impartía un profesor de guitarra flamenca, acompañado por su grupo de músicos. Durante tres horas, los participantes, la mayoría ajenos al flamenco, vivieron una inmersión explorando sus "palos", su origen y evolución, mientras se tocaba, se bailaba y se conversaba sobre el significado de este arte.
Al día siguiente analizábamos e identificábamos los aprendizajes sobre liderazgo. Aunque al principio hubo dudas sobre la relevancia de esta experiencia para un programa dirigido a una empresa multinacional, el taller fue un éxito rotundo, revelando, en sus sucesivas ediciones, valiosas lecciones de management y liderazgo inspiradas, en este caso, en el flamenco.
En este ámbito del management, es común centrarse en teorías y modelos probados en la gestión empresarial. Sin embargo, algunos de los líderes más innovadores han encontrado inspiración en disciplinas aparentemente ajenas al mundo corporativo. Esta capacidad de beber de otras fuentes, desde el arte y la literatura hasta la ciencia y la sociología, enriquece la perspectiva, fomenta la creatividad y la innovación, y es esencial para un liderazgo efectivo.
A continuación, he aquí algunas de las conclusiones que los directivos fueron elaborando y debatiendo a partir de la experiencia flamenca.
En este arte, los artistas entregan su corazón en cada actuación, un rasgo que los directivos deberían emular para inspirar a sus equipos y alcanzar el éxito. Esta misma pasión va de la mano con la autenticidad y la conexión emocional, cualidades que en el liderazgo son clave para generar confianza y credibilidad. Un líder auténtico, capaz de conectar emocionalmente, tiene una mayor capacidad para motivar y guiar a su equipo.
La improvisación es otro aspecto esencial del flamenco. Aunque sigue una estructura, el arte del flamenco exige a sus intérpretes adaptarse en tiempo real. Los líderes empresariales pueden aprender mucho de esta habilidad, pues la capacidad de improvisar y adaptarse a lo inesperado es crucial en el entorno cambiante de los negocios. Asimismo, el flamenco es una colaboración colectiva; los artistas dependen unos de otros para lograr una actuación exitosa. De la misma manera, la sinergia y el trabajo en equipo son vitales en una empresa, y los líderes deben fomentar una cultura de colaboración.
La resiliencia es otro valor destacado en el flamenco, un arte que surge del sufrimiento y la superación. Esta capacidad de sobreponerse a las adversidades es fundamental para cualquier líder. Al igual que los artistas flamencos, que practican y perfeccionan su arte durante años, los líderes deben cultivar la perseverancia y la disciplina para alcanzar el éxito a largo plazo.
El equilibrio entre creatividad y estructura también es una lección del flamenco aplicable al liderazgo. Aunque existen reglas, cada artista tiene la libertad de expresar su individualidad, algo que los líderes deben permitir en sus equipos para fomentar la innovación. Además, el respeto por la cultura y la tradición del flamenco enseña a los directivos la importancia de entender y valorar la cultura organizacional, sin dejar de adaptarse y evolucionar.
Finalmente, el duende del flamenco, esa presencia casi mágica, es comparable al carisma y la influencia que un líder debe proyectar. Un directivo, al igual que un artista en el escenario, debe inspirar y dejar una impresión duradera.
Beber de otras fuentes, como el flamenco o cualquier otra actividad ajena al mundo del management, puede ayudar a transformar la manera en que los líderes abordan su rol, aportando un enfoque más apasionado, auténtico y creativo. Toda una experiencia.
