sábado. 18.05.2024

El Consell de Mallorca lidera una plataforma de entidades públicas y privadas que proyecta construir plantas de compostaje de residuos orgánicos en Llucmajor, Santa Margalida, Marratxí, Calvià y Felanitx, un plan con un coste estimado de 200 millones de euros para el que solicita fondos europeos.

El Consell, la Federación de Entidades Locales de las Islas Baleares (Felib), agrupaciones patronales del comercio y pymes, y asociaciones de productores agrarios han suscrito y hecho público este viernes el manifiesto "Cierra el círculo", en el que subrayan los beneficios ambientales y económicos que generará el aprovechamiento agrícola de los desechos orgánicos de particulares y empresas.

 

Destacan que los agricultores de la isla emplean actualmente compost importado a un precio medio de 70 euros por tonelada, cuando el proyecto "Cierra el círculo" prevé incrementar sustancialmente la producción local de este abono ecológico para comercializarlo con un precio público de 3 euros la tonelada, un 96% más barato.

Los firmantes del manifiesto apuntan la oportunidad que los fondos europeos suponen para construir en plazos "reducidos" las cinco plantas proyectadas si se consigue financiación para "buena parte" de los 200 millones de euros del presupuesto total estimado.

 

Por ello, reclaman al Govern balear que declare "Cierra el círculo" como "proyecto estratégico" para poder contar con "todos los medios posibles" con el fin de iniciar cuanto antes un plan "clave para el futuro de Mallorca".

 

"La economía circular es el único camino que puede recorrer la Mallorca del futuro", puesto que la pandemia y la invasión de Ucrania han acelerado la conciencia de la dependencia exterior en un contexto marcado por la crisis climática y la limitación de los recursos naturales, exponen en el manifiesto el Consell y las dieciséis entidades adheridas.

 

Inciden en que la reutilización de la materia orgánica desechada tiene gran "capacidad transformadora" y un peso significativo entre los distintos tipos de residuos por la gran cantidad de empresas de hostelería y establecimientos turísticos existentes en Mallorca.

 

A ello se suma la necesidad de compost para el campo mallorquín dadas las características del suelo de la isla, explican.

 

"Para afrontar la contradicción que supone el hecho de disponer de grandes cantidades de materia orgánica que no se usa para generar un compost que necesitamos" se pone en marcha el proyecto "Cierra el círculo", enfatiza el Consell de Mallorca.

 

Reducir la importación de compost, además de un ahorro por su coste para los agricultores, generará una reducción de las emisiones asociadas al transporte de estos abonos, estimado en casi 8.400 toneladas de dióxido de carbono al año.

 

Además, la distribución por toda la isla de las cinco plantas de compostaje, abaratará el coste para los ayuntamientos del reciclaje de la materia orgánica, que arcualmente solo se trata a gran escala en la planta de Son Reus, en Palma.

"Cerraremos el círculo de la materia orgánica en Mallorca, dejando de incinerar materia orgánica y aumentando nuestra soberanía alimentaria", sostiene el Consell.

Mallorca proyecta construir cinco plantas de compostaje con una inversión de 200M€