viernes. 27.09.2024

La vendimia en la Denominación de Origen Binissalem ya ha terminado después de 36 días de una actividad intensa, donde bodegas y viticultores miraban al cielo y estaban pendientes de las previsiones meteorológicas para planificar la recogida del fruto de sus viñedos.

La campaña que comenzaba el 9 de agosto y terminaba el 24 de septiembre, ha sido más corta en cosecha que la campaña anterior, con un descenso del 29%. Esta bajada ha afectado, prácticamente, a todas las variedades. Así, se han recogido un total de 1.001.378 kg destinados a elaborar vinos con Denominación de Origen Binissalem, de los que 679.118 (68 %) corresponden a variedades tintas y 322.260 kg (32 %) corresponden a variedades blancas.

Del total vendimiado un 67% corresponde a variedades locales: Manto negro (37%), Callet (5%), Gargollassa (1 %), Moll (21%) y Giró ros (3%).

El descenso de la producción ha venido determinado por las condiciones meteorológicas de este año. Se venía de un invierno cálido y seco y de una primavera cálida también. Por suerte en el mes de abril y mayo se registraron considerables precipitaciones en la comarca de la DO. Aun así, los grados de temperatura acumulados han afectado a las cepas, acelerando el ciclo e influyendo también sobre la producción.

Aunque el calor intenso del verano llegó tarde, en la DO se sufrieron hasta 3 olas de calor largas y en las que las máximas alcanzaron los 40 ºC y las mínimas superaron los 20 ºC, lo que provocó un fuerte estrés para los viñedos. El cambio climático está afectando al comportamiento de las variedades de vid en Mallorca.

Si bien la producción ha descendido, la sanidad de la uva es muy buena, ya que las condiciones meteorológicas no han propiciado la aparición de enfermedades fúngicas. De hecho, las fuertes lluvias registradas en el mes de septiembre, durante la vendimia en algunos lugares de Mallorca, no afectaron a la comarca de la DO, donde sólo se registraron lluvias moderadas.

Las perspectivas de calidad para la añada 2024 son buenas, favorecida, además, por la singularidad que marcan las variedades locales de uva de la DO Binissalem.

Desde el Consejo Regulador de la DO Binissalem se trabaja en la difusión de las características de la comarca y de sus vinos, con proyectos enfocados a dar más peso y protagonismo a todas las variedades locales, en concreto un proyecto para incluir nuevas variedades locales minoritarias dentro del Pliego de condiciones, como Escursac, Callet negrella o Esperó de Gall, entre otras, siempre con el objetivo de mantener y potenciar: “la calidad y la singularidad” de los vinos de la DO.

Vendimia en la DO Binissalem: casi un 30% menos de producción pero con una alta calidad