lunes. 23.09.2024

Hartos. Los empresarios del sector de la restauración ya no pueden más y exigen cuentas al Govern por mantener su actividad en la mínima expresión. Así lo han querido manifestar en una durísima carta firmada por unos 70 empresarios del sector en la que, para empezar acusan al Ejecutivo autonómico de "anteponer los intereses del lobby hotelero a los intereses comunes y de mantener el sector de la restauración de facto cerrado".

 

Aseguran que ya que el 2 de marzo solo podrá abrir aproximadamente el 3,75% de su capacidad por las medidas impuestas a pesar de que dicen que no hay evidencias de la relación entre la restauración y los contagios, de que la presión sobre las UCIs ha bajado "ahora los criterios que prevalecen para argumentar la necesidad de mantener este cierre de facto se convierten de sanitarios en pseudo-sanitarios, cortesía del lobby hotelero quien quiere salvar “su” temporada turística a costa de sacrificar el nuestro y otros sectores. El cuarto poder mallorquín en acción con apoyo de Podemos y el PSIB".

 

Los empresarios acusan al Govern "de una profunda incongruencia y arbitrariedad cuando modifica sin argumentación ninguna las medidas restrictivas de aplicación en el nivel 3 del semáforo COVID". Recuerdan que "el nivel 3 de ahora no es el nivel 3 que se publicó inicialmente. Ahora el horario es hasta las 17h cuando antes era hasta las 22h. Ahora se permiten grupos de 4 personas cuando antes eran de 6. Ahora las terrazas pueden estar al 50% de su aforo cuando antes era el 75%. Ahora no hay interiores cuando antes había un margen de aforo entre el 30-60% para los interiores. Añadiendo además el agravante de que permite reuniones en casa de 6 personas hasta las 22h, mientras que en un espacio controlado como es un restaurante solo permite grupos de 4 personas hasta las 17h, sabiendo que la mayoría de la propagación se da en el ámbito familiar".

 

No se quedan ahí y sostienen que el Govern ha adquirido "rasgos de despotismo y absolutismo, ejerciendo un poder absoluto y opresivo, sin rendir cuentas, posiblemente con buenas intenciones, pero con consecuencias nefastas a muchos niveles: democrático, laboral, social, económico, emocional, académico, psicológico", …

 

Los firmantes también apuntan al Govern como "responsable de la desaparición de gran parte de los negocios de nuestro sector, con la miseria resultante, tanto para empleados como empresarios y sin asumir responsabilidad alguna".

 

Además afirman que el Ejecutivo ha aplicado "una total falta de proporcionalidad entre las medidas impuestas, las supuestas evidencias científicas relevantes para nuestro sector y las casi inexistentes ayudas". 

 

Atacan al Govern indicando que ha pecado de "total falta de ejemplaridad. Mientras nos abocan a la ruina, con miles de negocios cerrados y decenas de miles de nuevos desempleados, y mientras que la mayoría de este mismo sector ha ido aplicando escrupulosamente las múltiples y cambiantes imposiciones sanitarios, nuestros lideres políticos se van de copas fuera de horario y hacen ágapes multitudinarios, saltándose sus propias normas".

 

de inercia por no querer encontrar soluciones conjuntamente con todos aquellos sectores afectados por las imposiciones político-sanitarias. Nuestro sector ha ido aportando propuestas de soluciones y con algo de voluntad por parte de los dirigentes políticos se podría haber resuelto la desescalada de forma mucho menos dañina. A día de hoy seguimos esperando esa anhelada colaboración. Después de casi un año.

 

También los restauradores dicen que es un Govern poco transparente ya que alegan que "en ningún momento se nos ha presentado un informe para argumentar de forma fidedigna la necesidad del cierre de nuestro sector. Nos hemos tenido que fiar de su buen saber hacer con el resultado de arruinar gran parte del tejido productivo balear y destruir miles y miles de empleos. Nos destrozan y no disponemos de un solo dato que nos podria haber dado la esperanza de que por lo menos nos hemos arruinado por una buena causa".

 

Llegan a indicar que el Govern ha convertido "en farsa la supuesta mesa del diálogo social, donde acontece todo menos un diálogo. Cargos políticos cuyos pedigrís no necesariamente parecen idóneos para los cargos que ostentan nos imponen su monólogo epidemiológico dejando claro que discrepar o solo cuestionar no está permitido y sin en ningún momento aceptar ni entrar a discutir ni una sola de las propuestas que se les hace o de responder a dudas que se pueden llegar a formular".  

 

Finalizan reclamando "un diálogo social directo, sincero, eficaz y efectivo para conjuntamente salir de esta crisis sin precedentes. Son momentos para unir esfuerzos, independientemente del color político, de si formamos parte de un sindicato, de una patronal o de ninguno de los dos".

Los restauradores estallan: acusan al Govern de favorecer los intereses del lobby hotelero
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